Según la décima revisión de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades (CIE), la herramienta de diagnóstico estándares internacionales para epidemiologías, mantenida y publicada por la World Health Organisation, la cual fue completada en 1992, Fetichismo (que se encuentra en el Capítulo V para Trastornos mentales y del comportamiento, Bloque F60-F69 Trastornos de la personalidad y el comportamiento del adulto, específicamente F65.0) es la “Dependencia de algún objeto no vivo como estímulo para la excitación sexual y la gratificación sexual. Muchos fetiches son extensiones del cuerpo humano, como prendas de vestir o calzado. Otros ejemplos comunes son caracterizados por alguna textura particular como caucho (látex), plástico o cuero.
Los objetos fetiche varían en su importancia para el individuo. En algunos casos, simplemente sirven para mejorar la excitación sexual lograda de manera ordinaria (por ejemplo, hacer que la pareja use una prenda en particular) ”.
Según las pautas de diagnóstico de F65.0 “El fetichismo debe diagnosticarse solo si el fetiche es la fuente más importante de estimulación sexual o esencial para una respuesta sexual satisfactoria. Las fantasías fetichistas son comunes, pero no constituyen un trastorno a menos de que conduzcan a rituales tan convincentes e inaceptables que interfieran con las relaciones sexuales y causen angustia al individuo”.
A primera vista lo anterior no puede ser completamente tomado por todos de la misma forma, Seguramente nos puede gustar el caucho, pero es posible que no dependamos de él para la excitación sexual, incluso podemos sentir que nuestra excitación sexual no tiene asociación con el látex y que nuestro fetiche no es la fuente más importante de estimulación sexual y ¿Cuál es esta obsesión con el sexo de todos modos?
En el caso del látex para todos nosotros tendrá diferentes propósitos. Sirve para diferentes necesidades y estimula diferentes respuestas de las cuales sí puede ser sexualmente estimulante pero no exclusivamente.
De acuerdo con la descripción entonces muchos usuarios no tienen fetiche como tal, pero la mayoría dirá que si es fetichista, y esto es por el gusto en la palabra, o por el estilo de vida que se lleva e incluso hacerse pertenecer a un colectivo de personas diferentes, extravagantes y disruptivas en lo socialmente normalizado. Una comunidad de personas con pasiones dispares que exploran con entusiasmo solos y juntos para una mayor comprensión de sí mismos y con la que no se avergüenzan de ello.
Entonces por mucho que nos guste decir, ¡Soy fetichista!, la palabra “fetiche” puede ser un término confuso, y ni siquiera tiene un singular significado entre los fetichistas. Una definición de diccionario que generalmente toma prestada de la misma descripción que se da en el International Statistical Classification of Diseases : “3. Psicología. Una atracción sexual anormal hacia algún objeto o parte del cuerpo no normalmente considerado erógeno ” (Diccionario Universal). Los orígenes de esta definición provienen de Alfred Binet, un psicólogo francés, que en 1887 publicó “Du fétichisme dans l’amour” (Fetichismo en el amor). Binet tuvo la idea de que una persona que puede tener un experiencia emocionante con algún objeto podría volverse mentalmente anormal, dependiente únicamente de su asociación con ese objeto para recreando la experiencia. El fetichismo era la anomalía mental y el objeto de excitación era el fetiche.
La evolución de un fetiche siempre tiene un punto de partida. Este punto de partida puede ser diferente para las personas, distintas circunstancias en diferentes edades, pero siempre nace por un deseo.
Y ¿ que es lo que entiende la sociedad de un comportamiento poco convencional e incomprendido?
Primero aprendemos que una forma de nuestro comportamiento no es familiar para los demás, la familia, los amigos, los vecinos, los rostros de institución autoritarias; maestros, policías, sacerdotes, etc., que contribuyen a condicionar formas de comportamiento mutuamente acordadas para la cultura en la que nacemos. A menudo estarán confundidos y malinterpretarán el propósito del comportamiento, entonces se centrarán más en la apariencia externa que manifiesta que el comportamiento e intentarán desesperadamente obtener una comprensión basada más en sus propias asociaciones. Para una parte mayormente conservadora de la sociedad seguir tales comportamientos son fuera de la norma pasando a ser un tabú.
Los prejuicios sociales entonces llevan a generar estigmas en otros que simplemente quieren vivir diferente. Para muchos esta clase de discriminación es solo falta de empatía y comprensión. Se siente angustiante, lamentable y desafortunado, de hecho, humillante y en última instancia puede conducir al suicidio.
El proyecto Revise F65 hace campaña para que el diagnóstico ICD del fetichismo (así como el travestismo y el sadomasoquismo y otros supuestos trastornos) sea totalmente abolido para evitar la estigmatización de los individuos y que cualquier angustia asociada con el fetichismo se agrava a través de tal estigmatización.
Tener fetiches no es malo, no es una enfermedad, es un gusto.